Sustentabilidad económica
La economía sostenible también conocida como desarrollo sostenible, perdurable o sustentable caracteriza un tipo de desarrollo socio-económico el cual fue institucionalizado o formalizado en 1987 a través del Informe Brundtland, proveniente de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas.
Su función o definición clave es la de “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias
necesidades”.
Sustentabilidad social
La sustentabilidad social, implica pensar no solo en el acto de la transformación directa de la naturaleza por el hombre en el proceso de trabajo productivo, sino en todos los aspectos y esferas de la vida sociocultural. Es obvio que la meta del desarrollo sustentable, presupone la sustentabilidad social no como un resultado mecánico, pues implica reconocer que es necesario cambiar a la sociedad, y que las limitaciones del desarrollo sustentable radican en que, además de ser una solución parcial, pues no tiene de momento un enfoque global en la práctica, tanto de los gobiernos como organizaciones que impulsan, se dan en el marco de una sociedad donde las contradicciones sociales son la fuente de los desequilibrios ambientales.
Sustentabilidad Política
La sustentabilidad política, incorpora junto a las tradicionales concepciones de libertades políticas, los requerimientos de autodeterminación de los pueblos indígenas o de las comunidades locales o regionales en relación a poderes centralizados, y las reivindicaciones de equidad en la participación en el ámbito de los territorios, los géneros, las generaciones y las culturas, y también la coherencia entre los ámbitos publico y privado. Esta dimensión política de la sustentabilidad permite asegurar el incremento de la profundización democrática, y por tanto niveles crecientes de gobernabilidad.
Sustentabilidad Ecológica
La sustentabilidad ambiental se refiere a la administración eficiente y racional de los bienes y servicios ambientales, de manera que sea posible el bienestar de la población actual, garantizando el acceso a éstos por los sectores más vulnerables, y evitando comprometer la satisfacción de las necesidades básicas y la calidad de vida de las generaciones futuras.
Los recursos naturales son la base de la sobrevivencia y la vida digna de las personas. Es por ello que la sustentabilidad de los ecosistemas es básica para una estrategia integral de desarrollo humano
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